La enfermedad del ojo seco es una patología ocular muy frecuente originada en factores diversos, en la que el ojo recibe una cantidad de lágrima insuficiente o de mala calidad. Esto deriva en la presencia de una película lagrimal deficiente y en consecuencia una mala lubricación y deficiente protección de la superficie ocular, afectando los párpados, la conjuntiva y la córnea. Ver más →
● Cansancio visual
● Irritación ocular y ojos rojos
● Sensibilidad al frío y a la luz
● Sensación de cuerpo extraño o arenilla
● Lagrimeo excesivo
● Dolor ocular
● Visión borrosa
● Cambios hormonales (adolescencia / menopausia)
● Edad avanzada
● Uso de lentes de contacto
● Consumo de fármacos (antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos y diuréticos)
● Tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia)
● Algunas cirugías oculares
● Enfermedades autoinmunes
● Disfunciones tiroideas
● Tabaquismo
● Factores ambientales (sequedad, calefacción, contaminación)
● Deficit de vitamina A
● Uso excesivo de pantallas (teléfonos móviles, tablets, tv, monitores, notebooks)
● Parpadeo deficiente
Por tratarse de una patología multifactorial, existen justamente numerosos y diversos factores de riesgo que pueden predisponer la aparición de la enfermedad del ojo seco. Desde cuestiones externas o ambientales hasta patologías muy específicas que pueden generarlo. Por este motivo, resulta fundamental realizar un diagnóstico preciso para determinar el tratamiento adecuado para cada caso en particular.
● Tests de flujo lagrimal
● Test de tinción de la superficie ocular
● Test de osmolaridad lagrimal
● Revisión de los párpados
● Control de la frecuencia del parpadeo
● Meibografía
Al igual que con todas las patologías oculares, es fundamental realizar en primera instancia un diagnóstico preciso por parte de un oftalmólogo/a que determine el tipo de ojo seco que se presenta, para así poder identificar los factores que lo están provocando, que como ya dijimos, pueden ser muy diversos. De esta manera se podrá decidir la estrategia terapéutica adecuada en función de las características y necesidades de cada paciente.
Independientemente de las modificaciones a los hábitos y condiciones externas que pudieran estar favoreciendo su aparición, existen diferentes tratamientos para la enfermedad del ojo seco de acuerdo a su tipo y al nivel de gravedad que presenta:
● Higiene palpebral
● Lentes de contacto
● La película lagrimal
● Los párpados y el ojo
● Colocación de colirios/lágrimas artificiales
● Alimentación y visión
● Descanso de pantallas
● Suero autólogo
● Síndrome de Sjögren
● Irritación ocular y ojos rojos
El colirio de suero autólogo se elabora a partir de la sangre del propio paciente, lo que aporta una serie de ventajas en relación a los colirios tradicionales, ya que contiene citoquinas e inmunoglobulinas capaces de acelerar la cicatrización de micro lesiones oculares y aportar lubricación a la superficie ocular.
Tratamiento en dos etapas terapéuticas complementarias: aplicación de calor seco y limpieza no abrasiva. Actúa directamente sobre los párpados y el borde palpebral para limpiar y desbloquear las salidas de las glándulas de Meibomio. Se lo suele utilizar como tratamiento complementario a la aplicación de IPL
Consiste en la eliminación de la capa nociva que recubre el borde de los párpados: bacterias, descamación de la piel, grasa depositada y otros residuos que producen inflamación y malestar, y sobre todo obstrucción de los orificios glandulares. Es un tratamiento ideal para casos de blefaritis anterior crónica.
El tratamiento consiste en colocar unos pequeños “tapones” de silicona en el punto lagrimal, para de esta forma demorar el drenaje de la lágrima presente en el ojo. Este procedimiento se utiliza en casos de disminución severa de la producción de lágrima.
En algunos casos, la enfermedad del ojo seco aparece producto de un cierre incompleto o deficiente de los párpados, produciendo una evaporación prematura de la película lagrimal entre otros problemas. En estos casos se realizan correcciones quirúrgicas del párpado inferior o superior dependiendo del origen del problema.
Es el tratamiento más común, aunque no siempre el más eficiente, tanto por su costo como por cuestiones de practicidad. Existen en la actualidad una gran cantidad de opciones terapéuticas farmacológicas con resultados diversos dependiendo del tipo de ojo seco que se presenta y de las características de la persona.
Sí, es posible. Esto se debe a que se produce un “círculo vicioso” de producción de lágrima en exceso ya que el ojo percibe que está seco, y en consecuencia, la cantidad de lágrima termina excediendo la capacidad de drenaje del conducto lagrimal. Existen otros motivos relacionados al síntoma del ojo lloroso, como obstrucción del conducto lagrimal, alergias, entre otros.
Es posible, pero en general se trata de una patología que se presenta en forma bilateral. Cuando los síntomas aparecen en uno solo de los ojos, es probable que estemos frente a otro tipo de dolencia.
No existe una edad específica ya que los factores que la producen pueden estar presentes en cualquier edad, sobre todo los factores externos. Sin embargo, estos factores aumentan con correr de los años por lo que las personas mayores de 50 años son más propensas a padecerlo. La producción de lágrima se reduce junto con el envejecimiento celular normal; se estima que entre los 10 y los 40 años se reduce en un 50% aproximadamente.
Existe un factor de riesgo asociado a la Enfermedad del Ojo Seco, que es la aparición de cambios hormonales. Durante la pre-menopausia y la menopausia, la disminución hormonal provoca una alteración en el estímulo de la secreción de mucosa en el cuerpo de la mujer, modificando también la cantidad y la calidad de la película lagrimal.
Si, un parpadeo deficiente puede provocar síntomas asociados al Síndrome de Ojo Seco. Se calcula que el ser humano parpadea alrededor de 20.000 veces al día. Este número se ve reducido en forma importante cuando fijamos la vista por períodos prolongados, y puede ser particularmente perjudicial y disparador de síntomas asociados a la enfermedad del ojo seco cuando lo hacemos con luz deficiente o mirando pantallas como las de celulares, computadoras o tablets.
No. Se trata de una patología multifactorial que depende de las características y hábitos de cada persona.
Los conservantes presentes en muchos colirios para los ojos utilizados para tratar otras patologías como glaucoma o alergias, pueden ser irritantes y producir síntomas asociados a la enfermedad del ojo seco. Estos síntomas pueden desaparecer al terminar el tratamiento o pueden ser eliminados modificando la medicación en caso de necesitar tratamiento permanente.
Lo principal para un buen tratamiento es un diagnóstico preciso, y más aún cuando se trata de una patología multifactorial como la enfermedad del ojo seco. Dependiendo del factor o los factores que la originen, será el tipo de Ojo Seco que enfrentamos, lo que determinará el o los tratamientos disponibles para ese caso en particular haciéndolo más eficiente en sus resultados. En general no existen soluciones definitivas, pero la tecnología poco a poco va aportando soluciones cada vez más eficientes como por ejemplo la utilización de la Luz Pulsada Intensa (IPL por sus siglas en inglés) en los casos de ojo seco del tipo evaporativo.
(011) 4962 4118
(011) 4962 3884