● Uno o ambos ojos agrandados (buftalmía)
● Córneas nubladas e iris opaco
● Sensibilidad a la luz en uno o ambos ojos (fotofobia)
● Lagrimeo no habitual
● Enrojecimiento ocular
● Miopía en uno o ambos ojos
● Dilatación de las venas del párpado superior
● Campo visual computarizado (Campimetría)
● Gonioscopía
● OCT de capa de fibras y nervio óptico
● Paquimetría
● Tonometría
● UBM (Biomicroscopía ultrasónica)
● Ecometría
El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares caracterizadas por el daño al nervio óptico (la estructura que envía señales visuales desde los ojos al cerebro), se define como una neuropatía óptica, y es una de las principales causas de ceguera evitable y no reversible en el mundo. El glaucoma produce una disminución progresiva de la visión, en la cual el campo visual se va reduciendo.
Sumado a las definiciones genéricas de glaucoma en adultos, cuando esta patología se presenta en bebés y niños pequeños, puede ocurrir daño adicional al sistema visual, incluyendo grandes errores de refracción, astigmatismo, estrabismo y ambliopía.
El glaucoma pediátrico primario se produce por un desarrollo incompleto o deficiente del sistema de drenaje del humor acuoso (trabeculado), antes del nacimiento, generando un aumento en la presión intraocular y daño al nervio óptico. Se trata de un tejido embrionario que normalmente desaparece en la última etapa de la vida intrauterina, y que en los casos de glaucoma congénito este tejido embrionario persiste e impide que el humor acuoso acceda al trabeculado. Puede ser hereditario, aunque mayoritariamente son esporádicos, sin causas identificables.
A diferencia de este, el glaucoma pediátrico secundario, ocurre asociado con enfermedades congénitas, una lesión en el ojo o con una anomalía ocular subyacente. Puede ocurrir a cualquier edad y estar presente al nacer
El glaucoma pediátrico se clasifica en tipos primarios y secundarios para proporcionar un marco para la evaluación y el tratamiento de pacientes individuales.
Aunque es más común en adultos mayores de 40 años, la edad o es el único factor de riesgo. Diferentes estudios demostraron que las personas con mayor riesgo de glaucoma pueden ajustarse a los siguientes criterios:
● Ser mayor de 40 años
● Tener antecedentes familiares de la enfermedad
● Presión intraocular elevada
● Tener descendencia africana, hispana o asiática
● Ser diabético o hipertenso
● Tener miopía o hipermetropía alta
● Usar regularmente y a largo plazo esteroides/cortisona
● Haber tenido una lesión o traumatismo en el ojo
El tratamiento para el glaucoma pediátrico suele ser quirúrgico, y el tipo de cirugía va a depender del estado de la córnea: si está transparente se realiza un goniotomía y si está opaca una trabeculectomía. En ambos casos, el objetivo es facilitar la salida del humor acuoso, descendiendo de esta forma la presión intraocular para intentar detener o enlentecer el daño del nervio óptico. En ocaciones se puede implantar un dispositivo de drenaje de glaucoma.
Inicialmente y hasta la cirugía se suelen administrar colirios hipotensores y medicamentos orales para controlar la presión intraocular.
Cuando el glaucoma pediátrico es secundario a otra patología debe iniciarse el tratamiento de la misma, además de controlar la presión intraocular.
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