El glaucoma ocular es, en general, asintomático hasta las fases avanzadas. Cuando un paciente experimenta una disminución de la visión, la enfermedad se encuentra con frecuencia en sus últimas etapas. Esa disminución visual se presenta primero con la pérdida de nitidez y claridad en la visión periférica y, en fases avanzadas, con el efecto túnel.
Los pacientes con una forma aguda de glaucoma pueden desarrollar síntomas severos:
● Visión borrosa, especialmente de noche
● Ojo rojo y doloroso
● Náuseas y vómitos
● Aparición de halos alrededor de las luces
● Pérdida repentina de la visión
● Campo visual computarizado (Campimetría)
● Gonioscopía
● OCT de capa de fibras y nervio óptico
● Paquimetría
● Tonometría / curva diaria PIO
● Trabeculoplastia →
● Ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo
● Dispositivos de drenaje o válvulas
● Esclerectomía no perforante
● Goniotomía
● Hipotensores oculares
● Iridoplastia
● Iridotomía periférica →
● MIGS (Minimally Invasive Glaucom Surgery)
● Trabeculectomía →
● Trabeculostomía con láser excímer
Existen diferentes tipos de glaucoma, los dos más comunes se clasifican por el ángulo de la cámara anterior (iridocorneal) y la etiología subyacente.
1) Glaucoma de ángulo cerrado: es una forma de glaucoma que se caracteriza por el estrechamiento o cierre del ángulo de la cámara anterior (se define entre el iris y la córnea y es la vía de drenaje para el humor acuoso), por el cual se produce un drenaje inadecuado que conduce a un aumento de la PIO y al daño al nervio óptico. La PIO normal es de 8 a 21 mmHg. En los episodios agudos de glaucoma de ángulo cerrado, las presiones son a menudo de 30 mmHg o más.
Se presenta como un ojo rojo y doloroso, y debe tratarse dentro de las 24 horas para prevenir la ceguera permanente.
2) Glaucoma de ángulo abierto: es la forma más frecuente de glaucoma. Suele ser, pero no siempre, en presencia de presión intraocular elevada (PIO). El aumento de la producción acuosa y/o la disminución del flujo de salida son posibles mecanismos para una presión intraocular elevada. Ocurre gradualmente, cuando el ángulo de drenaje está abierto pero no drena el líquido adecuadamente por razones desconocidas.
Se presenta asintomático en las etapas iniciales de la enfermedad, pero se deteriora progresivamente la visión.
Otras variantes comunes de glaucoma son el glaucoma de tensión normal, el glaucoma pigmentario, el glaucoma neovascular, el glaucoma de pseudoxfoliación, el glaucoma relacionado con el trauma, y el glaucoma infantil o pediátrico.
Aunque es más común en adultos mayores de 40 años, la edad o es el único factor de riesgo. Diferentes estudios demostraron que las personas con mayor riesgo de glaucoma pueden ajustarse a los siguientes criterios:
● Ser mayor de 40 años
● Tener antecedentes familiares de la enfermedad
● Presión intraocular elevada
● Tener descendencia africana, hispana o asiática
● Ser diabético o hipertenso
● Tener miopía o hipermetropía alta
● Usar regularmente y a largo plazo esteroides/cortisona
● Haber tenido una lesión o traumatismo en el ojo
El tratamiento para el glaucoma ocular es heterogéneo y específico acorde al tipo de glaucoma y nivel de daño. El objetivo del tratamiento es evitar un mayor deterioro de la visión debido a la progresión de la enfermedad, lo que se logra al disminuir la presión intraocular (PIO). Se ha demostrado que reducir la PIO reduce el riesgo de progresión de la pérdida del campo visual.
En aquellos pacientes donde el glaucoma es secundario a otra patología debe iniciarse el tratamiento de la misma (por ejemplo, uveítis, trauma, terapia con glucocorticoides, entre otras), además de disminuir la PIO.
Los principales tratamientos para el glaucoma se basan en la administración de colirios hipotensores, medicamentos orales, terapia con láser y tratamientos quirúrgicos.
Sí, por supuesto. La cirugía de presbicia con lente intraocular, llamada también lensectomía refractiva, se realiza implantando una lente trifocal o multifocal en reemplazo del cristalino. Ofrece una solución simultánea y permanente para las afecciones más comunes relacionadas con la edad: la presbicia o vista cansada y la catarata. Otra opción es la cirugía refractiva láser – Lasik, mejorando la visión de cerca en un ojo y la visón de lejos en el otro. Esta técnica se conoce con el nombre de Monovisión Avanzada.
La edad mínima para realizar una cirugía refractiva es 18 años, pero se recomienda considerar los 21 años como mínimo en combinación con una graduación estable o sin cambios significativos durante los años previos a la cirugía.
Es una preocupación muy habitual. Desde la incorporación de los sistemas de seguimiento ocular del láser (eye tracker), ese problema ha desaparecido. El láser sigue el movimiento del ojo en todas las dimensiones y actúa independientemente de su posición dentro de un rango de desviación. Si el ojo se descentra por fuera de ese rango, el láser se para.
Las sensaciones generales que se sienten durante la cirugía se pueden resumir en luz, presión y agua.
Luz: El microscopio ilumina el ojo para que el cirujano vea bien todas las estructuras y eso deslumbra.
Presión: Mantener los párpados separados y realizar la lámina corneal produce una presión que es tolerada sin problema en la inmensa mayoría de los casos.
Agua: Cuando irrigamos el ojo con suero, algún paciente nota la sensación de estar buceando en el mar con agua salada, pero muy amortiguada por el efecto de la anestesia que hemos aplicado previamente.
Esta cirugía no está indicada en pacientes embarazadas o en periodo de lactancia, o en aquellos en los que la estructura o estado de su ojo desaconseja la intervención (pacientes con un ángulo estrecho en la cámara frontal del ojo, pacientes con pocas células endoteliales o personas con distrofias u otras patologías corneales). También se suele excluir a personas con otras patologías oculares que afecten a la retina, glaucoma o uveítis.
En el caso de la cirugía refractiva por implante de lente intraocular, lo más común es que primero se opere un ojo y un poco más adelante el otro, por la propia seguridad del paciente. En el caso de la cirugía refractiva láser, se pueden realizar los dos ojos en el mismo acto quirúrgico.